LAS PRISAS DE ESTE ATOLONDRADO HOY
Esa vieja calma,
del ayer tan remoto,
perdido por los prismáticos de papá.
Esa vieja calma,
época del moldeo de las almas libres,
enjauladas en sus jaulas de débil cristal, aquél del fino Olimpo que separa nuestro antiguo pasado.
Aquellos viejos antiguos vividores de sueños del futuro,
se acuestan en la cuna de un nuevo y desconocido mañana, las almas por fin,
conocerán a nuestro pequeño gran mundo, a la izquierda del universo de las esferas de nuestro elegido sino.
Esa vieja calma,
del destino fijo en la pensión de la vejez más noble,
aquélla que se trabajó con el sudor de esos despertares sin amanecer en el porvenir.
Esa vieja calma,
llegará cuando el horizonte se convierta en los nuevos colores, los de la libertad más soñada,
cuando el colchón de espinas sea la suave seda del deseado bien estar y de esa paz interior que todos anhelamos...
Esa vieja calma,
ha regresado justo hoy al oír el violín del viejo enemigo, convertido ahora en aliado de mi compañía,
tras aquellas negociaciones de los buenos contrincantes en el campo de esta batalla tan absurda y tan innecesariamente perdida en su estrategia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario