jueves, 26 de junio de 2014

POEMA EN PROSA

EL SONIDO

El sonido, ese ruido de nuestra vida,
esa música de la comunicación,
esa melodía del ser humano,
esa hermosura o ese lastre de nuestra existencia.

Ese sonido, el que envuelve el ambiente,
el que nos hace diferentes.
El sonido de un "te quiero",
mas el odio de alguna marcha siniestra.

¿Qué sería de nosotros sin los sonidos?
Aquellos que nos llamamos hombres,
que nos comunicamos y expresamos
cuan corazón ardiente, ese deseo y ese rencor.

Los sonidos, son palabras,
los sonidos, es la armonía de esta canción,
cuán triste es esa melodía y tan alegre esta sonata olvidada.
La música de tu soledad mató al sonido.

Los sonidos, son risas, son llantos,
los sonidos, son ruidos de la discordia,
son la paz del diálogo y la tregua,
son expresiones de nuestra alma y del buen pensar y del fraudulento entender.

Los sonidos, son los pases de nuestra propia función,
obras y espectáculos. Pasen y vean, señores.
El sonido nos guiará sobre los gustos del manuscrito versado.
Los sonidos son amor y son desamor.

Los sonidos, es la risa de un niño, el canto de un ruiseñor
que regalado del cielo, viene para nuestro buen despertar.
Los sonidos, son los aplausos de la correcta marcha de la realidad,
son la queja de la sin razón, en continúo uso de nuestra esfera.

Cuán mal tiene aquel que no puede oír,
para ellos, no hay sonidos,
esa melodía de la ruta del destino, es callada, es tristemente, silenciosa.
Cuán mal tiene el que no puede escuchar.

Los sonidos, en la lejanía se oyen, se acercan con prudencia,
o galopan, en este pentagrama, con ritmo forte piano,
donde todo empieza con mucha energía y lentamente, se va apagando.
El sonido queda vacío de armonía sonora,
entonces, llega el temido silencio, la ausencia de nuestros amados sonidos.

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