viernes, 18 de abril de 2014

POESÍA DEDICADA A PACO DE LUCÍA

UNA GUITARRA HA MUERTO, CON ELLA SE HA IDO TAMBIÉN EL MAESTRO PACO DE LUCÍA

Una guitarra ha muerto,

su espíritu llora, amarga, su pérdida

su amo, Paco de Lucía, no la acariciará ya más.


Sus cuerdas ya no sonarán,

una guitarra ha muerto,

su alma, en su pena, se encierra.


Una guitarra ha muerto,

su música no vibrará más,

ella tocaba los corazones, ella tocaba a los espíritus acompañados de su alma.


Una guitarra ha muerto,

su amo, convertía sus cuerdas en un ser vivo, cual persona,

con él, ella lloraba y ella sentía.


Una guitarra ha muerto,

por ella bien conocido que nunca sentirá otra vez

el alma de su música sin la mano del que mecía con esa elegancia sus débiles cuerdas.


Una guitarra ha muerto,

el pésame de su triste y amarga pérdida,

para ella siempre un dolor y un vacío que será, por desgracia, eterno.


No tendrá retorno su alegría,

a tocar por sus cuerdas, la música tan sentida y tan dolida,

por la mano de su amo y sin embargo, amigo.


Una guitarra ha muerto,

su compañero indiscutible de sus alegrías y de sus penas,

que con su ayuda le hacía expresar sus sentimientos a través del compás de la música de su corazón.


Una guitarra ha muerto,

nadie podrá entender mejor a su espíritu y a su alma

que la mano de su amo y compañero, viajero de las historias de su vida.



Una guitarra ha muerto,

con ella, murió también su amigo y compañero de armonías musicales,

el gran maestro, Paco de Lucía.

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