EL AIRE SE AGOTA SUAVEMENTE EN TU PERDIDO MIRAR
El aire agotado,
se va apagando muy despacio en su espíritu,
el ambiente se torna negro... se cae la luna de este cielo del nuevo luto.
El aire agotado,
no mueve ya a esta vieja brisa, la que menea sutilmente las ramas de la verde vida,
no puedo ni tan siquiera respirar, lentamente, me muero en mi olvido tan recordado...
El aire agotado,
se esfuma sin más, caen los cimientos de mi castillo de arena,
aquél que nunca dejó de existir en mi tenue débil corazón del eterno niño que siempre fui.
El aire agotado,
retorna limpio y puro,
después de este retiro forzado y tan tristemente necesitado.
Va llegando la primavera...
el polen del lloro del alma,
es la vaga excusa del dolor de este espíritu negro y turbio.
Llora el ángel desde el lejano cielo...
ve y observa nuestro lamento, el triste tormento de nuestro mal sino,
perdido en la batalla de los ases dormidos, siempre acostados en esta partida sin fin, sólo la muerte hallará el malogrado final.
Termina el juego del póquer de la vida...
lentamente, ascenderán de nuestro corazón y cuerpo malherido, nuestro alma y nuestro espíritu,
se encontrarán con el ángel que antes lloraba sin consuelo por no entender el porqué de nuestro desgraciado destino.
Empezaremos a ser los principiantes de los nuevos guardianes,
de aquellos corazones rotos y extraviados por el horizonte de la vida,
el aire empieza agotarse para este alma que subirá al cielo donde tanto lloramos por este sino tan cruelmente inestable y tan injusto.
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