EL ALMA SE FUE CUANDO NUESTRO DÉBIL CUERPO SE MARCHITÓ
El alma,
acompañó a su ser durante varios lustros de vacía existencia,
unos toques de magia para poder vivir sin estar presente en ti.
El alma,
se sosegó cuando pudo al fin abandonar el maltrecho cuerpo de su señor, antiguo vividor moribundo en vida,
en el último suspiro cerró muy despacio sus agotados ojos y le alejó aquel sucio sufrimiento por unos pequeños instantes... el luto llenó el día de sus pocos acompañantes.
Mil lágrimas empezaron a caer cual riachuelos de vieja tinta...
en el entierro de su ser más querido en su repentina ausencia, el alma observa la falsedad de los asistentes de la muerte,
en vida fueron todos el tormento trucado en falsos amores y falsos abrazos de su triste y amargado dueño, tan solitario en el compás de su compañía olvidada.
El alma,
observa con la tristeza del amigo compañero esos viajes en un destino acabado antes de vivir su pena,
mira de reojo como aquél que no quiere ver al lamento del cuerpo vacío de su hombre, el que antes fue un niño muy feliz.
El alma,
vuela libre por la esfera de la tranquila espera en esa paz tan suprema...
el ángel del más allá en la otra vida le ha mandado reposar sus suaves alas sobre aquel recién nacido, lleno de falsa esperanza ignorada por su dulce inocencia aguarda aún para esa débil dureza.
Mañana seremos todos capaces de vivir acorde con el sino de este torpe y malvado destino...
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